RICARDO GÓMEZ LÓPEZ - poeta y músico
  POEMAS
 


POEMAS




 

 

SERIAMENTE

 
Algo grato se extravió del rostro humanitario:
aquel rictus cosquilleante que subía desde adentro
y anidaba luz
más allá de la mueca injusta de estos tiempos.
Tal vez se fue esfumando entre años de locura
y proyectiles del terror, que acribillaron sueños
condenándolos a flotar río abajo...
Por allí comenzó este misterio, esta seria insolencia
que fue destripando alegrías
y dejando el bolsillo de la esperanza vacío de mañanas.
 
Ya nada es lo mismo:
lo cotidiano: un oscuro pasadizo en trámite hacia ninguna parte.
(Todo transeúnte lleva máscara para ocultar propios extravíos).
 
Pero más allá de incontables desgracias hay risas,
sí que las hay:
grotescas, faranduleras, de los que día a día, peso a peso
y con soberana indolencia
se hacen millonarios de sonrisas
robándonos
las nuestras.




LUCY
 
Lucy es la hermana mayor
Se fue a Buenos Aires y allá se quedó. En sueños
jugamos a que yo la visito
o que ella     despacito por los Andes
para no despertar la nieve.
           La Pampa es grande
y la cruzo dentro de una carta
allí me apersono
le cuento que mamá es "más" abuela
(ella más tía en consecuencia)
que el Metro cruza en cruz el centro
           y nadie se persigna
que los valses pa las cármenes
ni las cuecas del dieciocho
son lo mismo.
 
           En este domingo de nostalgia
trato de escribirle líneas alentadoras
pero la alegría no resulta.
 
Tomo la guitarra y compongo una canción
en DOlor Mayor sostenido
y paseo nuestras risas por la infancia.
No es que esté solo
                             sólo que me siento
incompleto.
(perdona mi caligrafía ardorosa
al parecer el lápiz tiene fuego)
 
           Escribe pronto y no vayas
a decir que tienes canas verdes
Manda un beso con el sol
dime que la lluvia no hace charcos en tu rostro
dime que volveremos a cantar y reír juntos
dime
           por favor
que todavía y más
somos hermanos.

 
 
 
EN EL PALOMAR
 
Dos palomas observan vitrinas
           en el paseo peatonal.
Se escandalizan de los maniquíes.
Aprietan sus carteras     añosas,
           se miran,
           suspiran
y se dirigen al Banco del Estado de Chile
a cobrar la jubilación.

 
 
 
SEMILLA - CEMENTO
 
 
Estábamos
                    en el campo
y plantamos
                    una ciudad
 
Lástima
              que no
                        podamos podar
los edificios.

 

 
CERCA DE LA SIMA DE BABEL
 
En calle Bandera
-entre la Compañía de Jesús y Huérfanos-
           La urbe se agita
Mientras la multitud extravía inspiraciones
una hoja blanca se balancea eléctrica
aferrada a un cable telefónico
Con la estampida de las 12 p.m.
se precipita pálida
bajo las suelas rápidas del transeúnte
 
Al ocaso
detrás de un kiosco yace la hoja
           a t e r r a d a
Su faz luce una mancha pop:
           helado de frutillas
que escurre sobre el dibujo naif
de una familia tomada de la mano
Un bubble gum     lacre su pecho
el escupitajo      a sus pies
a-firma la civilidad cotidiana
 
Desde entonces
           las vagabundas hojas sueñan
           en campos     virginales
ducharse desnudas bajo la luna
ausentes del shock capitalino
y de todos los edificios cómplices
           que noche a noche
           bostezan
con sus melenas de neón.
  

 

 
 
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